Como muchos de vosotros sabéis, desde hace unos meses podéis seleccionar la mejor carne aquí en mariskito.servidor.gal para que os la llevemos a casa. Carne gallega, de primera calidad, especialmente envasada y fresca.
Para conocer un poco el estado de la carne que compramos existen algunas pautas. Tenemos que fijarnos en su aspecto, su olor, su textura para saber si está fresca o no. Si con el pescado lo tenemos claro, con la carne os vamos a contar cómo saber en qué estado se encuentra.
Es cierto que el color de la carne es indicativo de su frescura. Sin embargo, en ocasiones se asocia exclusivamente el color rojizo casi granate de la carne con su nivel de frescura, pero no siempre es así. El color viene determinado por la presencia en la carne de la mioglobina, un pigmento que contiene hierro y almacena el oxígeno en el músculo. El color rojo intenso de la carne se da cuando los músculos del animal todavía respiran. Por lo tanto, poco a poco la carne va adquiriendo un color pardo por un contacto prolongado con el oxígeno del exterior. El color se degrada muy rápidamente, por lo que una buena refrigeración estabiliza la degradación de la pieza y el color. No obstante, el color final depende del procesamiento, almacenamiento y cocinado.
La carne al vacío suele tener un color marrón que nada tiene que ver con el deterioro del producto. Su envase exento de oxígeno le proporciona este color. Al sacarle el vacío, la carne recupera su tono más rojo y su aspecto más apetecible.
En el color de la carne también influye la edad del animal. La carne de los animales de mayor edad será más oscura que la de los animales más jóvenes. Además, a veces la iluminación bajo la que se observe la pieza puede causar una reacción con el color de la carne.
Otro factor para tener en cuenta es el color de la grasa, que puede indicar la edad del animal. Cuando es blanca, la carne proviene de animal joven y, por tanto, también es más tierna. Si, por el contrario, es amarillenta indica que el animal es de mayor edad.
Además de la vista para evaluar el color de la carne podemos usar otro sentido: el olfato. Esta es probablemente la forma más fácil de saber si la carne es mala. Sea cual sea el tipo de carne, si huele a rancio y desagradable, no es buena para comer.
Desconfíe de la carne con textura viscosa, es un signo de que las bacterias ya han comenzado a multiplicarse sobre su superficie.
La carne pasa severos controles de calidad ya que es un alimento muy importante en la dieta, altamente consumido y muy vulnerable. Por ese motivo, debemos estar tranquilos ya que toda la carne que llega a nuestros hogares ha sido controlada por expertos que cuidan la calidad del material que vamos a consumir.
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