Tres de cada cuatro españoles come pescado en casa al menos una vez por semana

pescado-fresco-blanco-604x270Aunque recientes estudios situaban a los españoles como los europeos que no consumían demasiado pescado frente a la carne, el Eurobarómetro ofrece ahora otros datos. En concreto, establece que tres de cada cuatro españoles, es decir, el 76%, dice comer pescado en casa al menos una vez a la semana.

Esta cifra representa una proporción mayor que de la del conjunto de la Unión Europea, que dice consumir el 42%. Si bien otros datos del mismo estudio establecen que un 34% de los españoles nunca consume estos productos en restaurantes y otros establecimientos de venta de alimentos.

La compra de pescado también queda reflejada en el Eurobarómetro. Un 67% de los españoles compra productos de la pesca o la acuicultura al menos una vez a la semana, siendo un porcentaje bastante superior al resto de personas de distintos países de la UE. Para comprar pescado y derivados, los españoles lo hacen preferentemente en hipermercados o supermercados, siendo el 67% que lo hacen, mientras que el 52% compra pescado en pescaderías o tiendas especializadas, y un 30% en mercados. El comercio online también despunta en productos de alimentación.

El 65% de los españoles dice comprar pescado fresco y vivo bastante a menudo. Mientras que un 40% compra productos de la pesca enlatados con asiduidad. El pescado congelado también está entre las compras de los españoles, concretamente en un 31%.

El precio es un condicionante a la hora de comprar este tipo de producto. El 79% de los españoles de esta encuesta aseguran que compraría o consumiría más productos pesqueros si el precio no fuera tan alto. Un porcentaje también superior a la media de la UE.

Las razones de comprar un tipo de pescado u otro están condicionadas por múltiples factores. Casi un 70% de los españoles tiene en cuenta la apariencia del producto primero, después el origen del pescado, y la facilidad y la rapidez con la que se preparan. Otras razones destacadas  son las etiquetas de calidad y el impacto medioambiental, que se queda, este último, en posiciones menos relevantes.

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